lunes, 26 de noviembre de 2012

Yo podría darte el mundo, pero ni tu lo quieres, y yo te entiendo.

Encontró la nota en su cuaderno, ella lo observaba desde la puerta:
''A pesar de que me hacías suspirar, me quitabas el aliento; a pesar de pasarme noches en vela, soñaba despierta; para todas las lágrimas que derramaba, tenías una sonrisa que devolvía la calma a mis ojos; podías paralizar mis latidos o acelerarlos hasta el punto de que distinguir un latido del siguiente fuera misión imposible. Tu ausencia me mataba, pero tu me dabas la vida.''

 Se quedó unos instantes mirando aquel papel ya desgastado por el paso del tiempo, luego alzó la mirada y buscó sus ojos.
Durante unos segundos, tan solo unos pocos segundos, no hicieron falta palabras.
- Por qué? -Parecía confundido, era lo normal, ya habían pasado casi 5 meses.
- Me gustaría habértelo dado antes -dijo ella con voz temerosa- Pero no encontraba el momento adecuado.. hasta que me di cuenta de que tal momento no existe.

Volvió a mirar al papel, lo releyó unas cuantas veces, como si entre esas lineas fuera a encontrar la razón por la cual se encontraba allí en ese momento, en frente suya.

- Espero que alguna vez experimentes esa sensación, es realmente maravillosa. -Esta vez lo dijo decidida, jamás había estado tan segura de algo como de haberlo amado.
 Y se fue.
El intentó ocultarlo, pero ella pudo ver caer una lágrima por su rosada mejilla.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Uno se equivoca y luego cambia de parecer.

Las luces navideñas inundaban aquella calle repleta de recuerdos. Recuerdos dulces, recuerdos amargos, pero recuerdos al fin y al cabo.
Según contaba el mensaje, allí nos habíamos citado para vernos, después de casi 6 meses.
''La primera calle a la derecha, junto a la tienda de muebles'' Eso decía el mensaje.

En cuanto mis ojos visualizaron el cartel de la tienda, miles de recuerdos abordaron mi mente casi al instante, alli era donde solíamos planear nuestro futuro, gustábamos de adentrarnos por los rincones de aquella tienda e imaginar toda una vida juntos.
En cuanto lo vi girar la esquina hacia mí, comprobé que apenas quedaba marca de el moreno del que tanto fardaba en verano. Estaba tan distinto y a la vez tan igual que hasta me resultó confuso.

-Yo te he traído aquí para...Bueno...El caso es que..- Apenas sabía como expresarse, por como movía sus manos sabía que no era algo fácil de contar.- Tu... sigues queriéndome?- dijo al fin.
Quisiera saber a que viene todo esto ahora. Acaso el si? Será que los amores de verano no soportan las bajas temperaturas de invierno. Fueron muchas las noches que me pasé llorando cuando me dijo que aquella   historia interminable aparentemente, había llegado a su fin. El me quitó la vida, sin embargo... puedo sentir los latidos de mi corazón cada vez mas fuertes al comprobar que sigue ahí, mirandome, que aun no se ha marchado, que es real.
Después de un largo silencio caracterizado por miradas fugitivas y manos temblorosas, respondí al fin:
- Por supuesto que sí, yo mantuve la promesa..¿La recuerdas?
Imagino que esas palabras le dolieron, pues se limitó a asentir con la cabeza baja y sin apenas despegar los labios.
Se disponía a lo que parecía ser besarme, pero en vez de eso me susurró:
-Te quiero.
Supongo que era lo minimo que me merecía despues de haberle esperado todo ese tiempo.
Mi reaccion fue darle un abrazo, no cualquiera, uno de esos que dicen 'Te he echado tanto de menos'
Y sonrió.
No creo que existiese sonrisa mas verdadera en aquel momento.
Supongo que esta es una historia con final feliz, aun que sigo preguntandome si las reconciliaciones en invierno no se derriten con las altas temperaturas de verano.
Basado en echos no reales.