lunes, 26 de noviembre de 2012

Yo podría darte el mundo, pero ni tu lo quieres, y yo te entiendo.

Encontró la nota en su cuaderno, ella lo observaba desde la puerta:
''A pesar de que me hacías suspirar, me quitabas el aliento; a pesar de pasarme noches en vela, soñaba despierta; para todas las lágrimas que derramaba, tenías una sonrisa que devolvía la calma a mis ojos; podías paralizar mis latidos o acelerarlos hasta el punto de que distinguir un latido del siguiente fuera misión imposible. Tu ausencia me mataba, pero tu me dabas la vida.''

 Se quedó unos instantes mirando aquel papel ya desgastado por el paso del tiempo, luego alzó la mirada y buscó sus ojos.
Durante unos segundos, tan solo unos pocos segundos, no hicieron falta palabras.
- Por qué? -Parecía confundido, era lo normal, ya habían pasado casi 5 meses.
- Me gustaría habértelo dado antes -dijo ella con voz temerosa- Pero no encontraba el momento adecuado.. hasta que me di cuenta de que tal momento no existe.

Volvió a mirar al papel, lo releyó unas cuantas veces, como si entre esas lineas fuera a encontrar la razón por la cual se encontraba allí en ese momento, en frente suya.

- Espero que alguna vez experimentes esa sensación, es realmente maravillosa. -Esta vez lo dijo decidida, jamás había estado tan segura de algo como de haberlo amado.
 Y se fue.
El intentó ocultarlo, pero ella pudo ver caer una lágrima por su rosada mejilla.

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