Coje sus mejores zapatos, una de sus mejores sonrisas y sale de casa, esa noche no va a sufrir, una copa, una mirada indecisa, otra copa, y derepente; él.
'No voy a mirarle, no voy a mirarle...' piensa.
Imposible
y en cuanto estaba maldiciendo a su corazón por desvíar su mirada hacia el, aparece:
''Sigues teniendo los ojos tan azules como la última vez que te vi''
ella se derrumba y sale corriendo, el intenta detenerla y robarle un beso, pero no lo consigue, vuelve a casa con una lágrima a punto de derramarse y una sonrisa quizá demasiado gastada
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